Los Pastores de Nigüelas - El oficio del pastor en Andalucía: una tradición en peligro de extinción
- Christoph Van Daele
- 19 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 mar
En el corazón de Andalucía, entre montes y valles bañados por la luz dorada del sur, resiste un oficio tan antiguo como la humanidad misma: el de pastor. Sin embargo, lo que antaño fue un pilar de la economía y la cultura rural, hoy se enfrenta a un futuro incierto. Cada vez son menos los que eligen este camino de vida, poniendo en riesgo no solo una profesión, sino también un legado cultural de incalculable valor.

Nigüelas: guardianes de la tradición
En el pintoresco pueblo de Nigüelas, a pie de Sierra Nevada, aún perviven tres granjas que mantienen viva esta actividad milenaria. Una de ellas es Juan, quien se dedica a la cría de cabras, mientras que Moisés cuida con esmero un rebaño de ovejas. Estos animales no solo proporcionan leche y lana, sino que también desempeñan un papel crucial en la preservación del ecosistema, ayudando a controlar el crecimiento de matorrales y reduciendo el riesgo de incendios forestales.
También están las 500 cabras de los Teatinos, cuyo pastor sube cada día a las altas cumbres de la sierra de Nigüelas para ordeñar su rebaño y producir los famosos quesos de los Teatinos de Padul. Este queso, elaborado de manera artesanal con recetas transmitidas de generación en generación, es un emblema de la riqueza gastronómica local y un ejemplo del valor de la tradición pastoril en la región.
Un oficio que se apaga
A pesar de su importancia, la profesión de pastor enfrenta numerosos desafíos. El relevo generacional es escaso, pues los jóvenes prefieren empleos con mayor estabilidad económica y menos exigencias físicas. Además, las políticas agrarias y las regulaciones sanitarias a menudo suponen trabas para estos pequeños productores, quienes luchan por mantener sus rebaños en un mundo dominado por la industrialización y el comercio global.
El valor de recuperar la esencia rural
Apostar por la ganadería extensiva y el pastoreo tradicional no es solo una cuestión de nostalgia, sino una estrategia clave para un desarrollo sostenible. La carne y los productos lácteos procedentes de estos animales suelen ser de mayor calidad, con un impacto ambiental menor en comparación con la ganadería intensiva. Además, promover el pastoreo es también una forma de mantener vivas las costumbres, las historias y el conocimiento ancestral que los pastores han transmitido de generación en generación.
Una llamada a la acción
Si queremos evitar que el oficio del pastor se convierta en un mero recuerdo del pasado, es necesario impulsar medidas de apoyo, incentivos económicos y programas de formación para quienes deseen aprender este arte. También es fundamental valorar y consumir productos locales, reconociendo el esfuerzo y la pasión de quienes, contra viento y marea, siguen dedicando sus vidas al cuidado de los rebaños.
Nigüelas y otros rincones de Andalucía son testigos de una tradición que se resiste a desaparecer. Depende de nosotros que la figura del pastor no quede relegada a las páginas de un libro de historia, sino que continúe formando parte del paisaje vivo de nuestra tierra. Ven a probar todos estos productos locales de km 0 en nuestro restaurante "Alqueria de los lentos"

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